Aunque el sentido común se empeñe en afirmar lo contrario, la moral lo desautorice y la psicología no se ponga del todo de acuerdo, lo cierto es que a diario miles de personas afirman estar enamoradas de varias personas a la vez. Parece ser que bajo ciertas circunstancias, nuestro corazón – o mejor dicho nuestro cerebro, porque es el cerebro el que ama, y no el corazón – abre dos canales paralelos de intercambio pasional-afectivo.
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